Narrativas/Moisés Uribe
Tres65news/22 de junio de 2022
Se llama Clara Luz Flores Corrales y acaba de ser nombrada titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública de Mexico, invitada, por supuesto, por el presidente Andrés Manuel López Obrador, para que a partir de ayer, forme parte de su gabinete.
Clara Luz Corrales llega a un cargo de suma relevancia donde se atiende uno de los problemas más graves que sufre el país hoy en día como es la seguridad Pública. No obstante, ello pareciera ser irrelevante para la estrategia federal, pues no se entiende de otra manera el nombramiento de la mujer que le mintió a los neoloneses en campaña el año pasado.
Pero más allá de sus mentiras, para desempeñar el cargo donde acaba de ser encumbrada, no se le conoce experiencia y mucho menos para enfrentarse a grupos delincuenciales donde ni las más altas estrategias de expertos militares y marinos han podido aminorar la omnipresencia del crimen organizado, que escala cada día más en territorio nacional.
¿Qué va a hacer la hoy morenista y otrora priista Clara Luz, ante el monstruo llamado crimen organizado, que al día de hoy ya ha cobrado la vida de más de 120 mil personas en México?
¿Tendrá alguna idea de la responsabilidad que implica el cargo donde fue colocada, como premio por su derrota en Nuevo León?
De acuerdo a la página del gobierno, “El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública cuenta con autonomía técnica, de gestión y presupuestal, cuyo propósito es ejecutar y dar seguimiento a los acuerdos del Consejo Nacional de Seguridad Pública, instancia superior de coordinación y de definición de las políticas públicas en materia de seguridad pública; por lo tanto es el órgano operativo, el eje de coordinación entre las instancias federales, estatales y municipales responsables de la función de salvaguardar la integridad de las personas, la seguridad ciudadana, así como de preservar el orden y la paz públicos”.
De ese tamaño es el cargo, ¿de qué tamaño será el resultado?
También, más allá de haber sido señalada por tener vínculos con el hoy preso, Keith Raniere, líder de la secta criminal NXIVM, la titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, formará parte del gabinete que, según el gobierno federal, se reúne todos los días en Palacio Nacional donde revisan la estrategia de “abrazos, no balazos”.
Ahí se sentará al lado de los generales titulares de la Marina, Sedena, el jefe de la Guardia Nacional, del director del Cicen, el Secretario de Gobernación, la responsable de la Secretaría de Seguridad Pública Ciudadana federal y el propio presidente de Mexico, y nos preguntamos, ¿Cuál será la aportación de una ex alcaldesa a la estrategia nacional de seguridad que tiene rebasados a todos por igual? ¿Qué pensarán los altos mandos militares y civiles que toda su vida la han dedicado a desarrollar metodologías para brindar seguridad a México?
La nueva funcionaria federal pasa así de mentir como candidata de Morena al gobierno de Nuevo León en el 2021, a integrante del gabinete federal en el 2022, designada por instrucción presidencial.
Sustituye en el cargo a Leonel Cota Montaño, a quien jamás se le conoció una actuación sobresaliente en esa tarea, y llega como subordinada de Rosa Icela Rodríguez, titular de Seguridad y Protección Ciudadana federal (SSPC), en un país donde tan solo en este sexenio se acumulan ya más de 30 mil desaparecidos y otros 120 mil mexicanos que han muerto de forma violenta, es decir, más de 150 mil personas a las que de nada les ha servido la estrategia de seguridad nacional, esa que tanto se presume y que hoy dejan en manos de dos mujeres.