Metapolítica
Ernesto Álvarez
Las diferencias entre la Gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda y la alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero, cobran la primera víctima, aunque la discordia entre ambas morenistas va más allá de la detención del funcionario municipal el pasado fin de semana.
De acuerdo a reportes periodísticos, Jesús Gabriel Sánchez Farfán, fue detenido por elementos de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI), en posesión de 200 mil pesos.
El sujeto funge como secretario particular del Secretario del Ayuntamiento, Jorge Salazar Miramontes, a su vez hijo de la Diputada Gloria Miramontes, lo que significa que este pleito incluso ya tocó al Congreso del Estado.
Referente a lo que ha trascendido, la captura se registró el sábado anterior en la Avenida Ermita Sur, de la Delegacion La Mesa, cuando Sánchez fue interceptado en una unidad oficial del Gobierno local que cuenta con estrobos policiacos y con sellos del Ayuntamiento, lo que quiere decir que traía licencia para “circular”
Extraoficialmente trascendió que también llevaba sustancias prohibidas y que el Síndico Procurador, Rafael Leyva ya giró oficios a la Secretaría del Ayuntamiento y en caso de comprobarse otra situación irregular, se dará parte a la autoridad federal.
Aunque el verdadero trasfondo del hecho es el enfrentamiento que existe entre Ávila Olmeda y Caballero, un tema que viene desde los tiempos de campañas políticas, el cual se acentuó con la negativa de la segunda en apoyar el regreso de la Secretaría de Seguridad Ciudadana el próximo año, siendo una de las principales propuestas de la gobernadora.
Hay que recordar que Monserrat Caballero está identificada plenamente con el ala morenista del ex Gobernador Jaime Bonilla, quien en su momento calificó al gabinete entrante que encabeza Marina del Pilar, como un gobierno de coalición, por aquello que tiene entre funcionarios a ex panistas, priístas, etcétera.
Obviamente que esto dará para mucho más, ya que a nivel local se rumora fuertemente que Caballero y Salazar Miramontes tienen una relación que va más allá del Gabinete Municipal, aunque lo más lamentable del caso es que en lugar de trabajar de manera coordinada a favor de la ciudadanía, ésta es la verdadera afectada, particularmente en Tijuana.
Otro punto crucial, que se ha sabido de manera extraoficial, es que propietarios de bares y restaurantes de la ciudad están molestos con Salazar Miramontes quien les pide descomunales dádivas a cambio de dejarlos trabajar, pese a pagar sus respectivos impuestos, por lo que podrían acudir a autoridades federales para terminar con el acoso municipal.
A dos meses exactamente de iniciada su administración, se le presenta el primer problema grave a Monserrat Caballero, un caso de probable corrupción, no hay que olvidar que así empezó Bonilla su bienio con el asunto de los “moches” y nunca se pudo levantar, quizás la jefa tijuanense deba ponerle más atención a aquel dicho que dice “lo que mal empieza, mal acaba”, esperemos que no sea el caso.-
